El fracaso no es el fin, es solo una experiencia
Viven tan afanados por lo que desean, que se les olvida tener presente que, en una vida tan cambiante, el fracaso es algo común.
La mayoría de las personas asocia la palabra fracaso a la inacción, al desorden y/o cualquier otra negativa. Esta concepción errada les impide superar las temporadas o etapas de la vida en la que no todo sale como esperaban.
Basta tener ganas de crecer y asumir desafíos en la vida, para probar una bocanada de fracaso. Si, pues, aunque nadie planifica una derrota, es importante comprender que las grandes historias e ideas exitosas han surgido luego de muchos intentos fallidos, momentos complicados, y un gran sentimiento de pérdida.
Expectativa de vida
Para superar cualquier derrota, es necesario evaluar la perspectiva con la que es vista la vida. Es decir, mientras más expectativa se tenga de algo, más complicado se hace superar no haberlo alcanzado.
Una de las cosas que genera el fracaso es un fuerte sentimiento de decepción. Las personas se sientes defraudadas y desilusionadas. Eso se debe a que la decepción no es otra cosa que el incumplimiento de expectativas creadas.
Es necesario amar la vida, plantearse metas y visionar un futuro esplendido. Pero es sumamente necesario comprender que no todo saldrá como esperamos, y entender que siempre habrá oportunidad de replantearse y seguir adelante.
Obsesión con el control
Creer que todo lo podemos controlar y canalizar es una postura muy riesgosa. No obstante, hay quienes se han convertido en adictos al control. Pretenden ajustar todo a su agenda, omitiendo circunstancias fortuitas y errores humanos que siempre están a la orden del día.
Posturas tan estrechas, como la de creer que todo siempre saldrá bien si lo planificamos, crean fortalezas mentales que impiden poder recuperar fuerzas y aliento en un omento de fracaso.
Ciertamente la organización y la administración del tiempo es un requisito fundamental para una vida exitosa. Pero a pesar de ello, la vida siempre traerá consigo circunstancias adversas que demandan aceptación y una actitud de ganador para superarlas.
Actitud ante la circunstancia
Es imposible sobrellevar cualquier escenario de dolor si no se tiene una buena disposición. Victimizarse y sumergirse en el lamento es el ancla a una vida fracasada. Si no hay disposición de salir adelante, no son funcionales los libros de autoayuda, los sermones de fe, o alguna que otra conferencia de motivación.
El manejo del fracaso depende exclusivamente de la actitud que con la que se asuman las circunstancias. La resiliencia, el ánimo y la autoestima son elementos internos cruciales en la superación de una circunstancia adversa.
Fracasar no es el capítulo final de la vida, posiblemente sea la experiencia necesaria para consumar las metas trazadas y los objetivos de vida planteados. Esta debe ser la actitud, la manera valiente de asumir un mal momento, una situación que no se pudo controlar.
“El éxito o el fracaso en los negocios se produce más por actitudes mentales que por capacidades mentales”. Walter Dill Scout
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